Con el fin de mejorar el entendimiento sobre el cuerpo humano, muchos médicos han hecho hasta lo imposible. Como los dos médicos que experimentaron con sus propios cuerpos poniendo en peligro su propia vida.
El primero caso es de Stubbins Ffirth (1784-1820), un médico practicante en la Universidad de Pennsylvania, el quiso demostrar que la enfermedad de la fiebre amarilla no era contagiosa. Realizó experimentos en su propio cuerpo, poniéndolo en contacto directo con los líquidos corporales de los infectados.