¿Por qué, a veces, decimos “umm” o “emm” cuando pensamos?

Como en cualquier cultura, existen ciertas pautas que seguimos para regular el turno al hablar. Por ejemplo, durante la conversación, es importante que avisemos a los demás de que queremos hablar. En otros lugares, en cambio se realiza con gestos: mandar callar al otro poniendo la mano delante de él no está mal visto.

Para los occidentales, sin embargo, ademanes como estos o elevar el tono de voz para imponerse se consideran cada vez más agresivos. Poco a poco, se van sustituyendo por señales que implican que estamos pensando y que, por tanto, vamos a decir algo.

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