Uno de los más grandes fraudes en la historia de la peleoantropología es precisamente el llamado “hombre de piltdown”, pues éste engaño se mantuvo durante cuarenta y cinco años, desde 1913 hasta 1953, cuando se detectó el fraude.
Todo comenzó cuando se encontraron en Inglaterra en 1912, en Piltdown, un pueblo de Sussex unos restos óseos que consistía en un cráneo parcial, un diente suelto y una mandíbula con dientes. Esa mentira duraría casi medio siglo.