Así es, las arañas no tienen oídos. Pero pueden usar sus patas y sus telarañas para ‘escuchar’. ¿Cómo lo hacen?
Las telarañas son más que simples trampas finamente tejidas. Con ellas las arañas logran conseguir su alimento. Pero también les sirven como audífonos gigantes que les permite escuchar hasta los sonidos más agudos.