Esta es la historia de dos hermanos que eran acumuladores compulsivos que los llevó a un final trágico. Su caso fue tan extravagante que el Síndrome Collyer hoy en día hace referencia al desorden patológico de acumular compulsivamente basura y cosas inútiles. Y vaya que acumularon cosas inecesarias, pues al morir Homer y Langley Collyer dejaron en su casa nada más y nada menos que 103 toneladas de basura la cual iba desde órganos humanos hasta munición de artillería pesada sin utilizar.
Ellos se graduaron en universidades prestigiosas con profesiones cada uno, pero llegaron a ser sobresalientes gracias a su obsesión por adquirir cosas inútiles. Sin emabargo nadie sabía que ellos acumulaban tantas cosas hasta que… el 21 de marzo de 1947 los policías de Nueva York entraron a la casa de los hermanos Collyer cuando tenían días sin saber nada de ellos.