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Tom y Eva: La historia de amor que nunca sucedió

¿A quien no le gustan las historias románticas con finales felices? Por ejemplo, ¿te hubiera gustado un final feliz en la historia de amor entre Jack y Rose?

La historia de hoy, bien podría ser la historia de Jack y Rose en la que ambos sobreviven al naufragio. ¿O sería que James Cameron se inspiró en estos dos jóvenes de menos de 20 años que sobrevivieron al naufragio de un barco en las costas de Australia?

El naufragio del barco Loch Ard

Esta historia se remonta al 1 de junio de 1878, cuando 54 personas que iban a bordo del barco Loch Ard navegaban a través de una espesa neblina rumbo a la costa de Victoria, Australia.

La neblina había sido tan espesa que un día atrás, el capitán no pudo determinar su ubicación exacta. Cuando por fin pudieron ver, estaban a punto de chocar contra la costa. Los tripulantes trataron de girar en dirección contraria, pero ya era demasiado tarde, estaban a sólo 2 kilómetros del impacto. En una hora el barco chocó, y tan solo 15 minutos después se hundió.

Sólo dos personas lograron sobrevivir, Tom Pearce (el aprendiz del navegante) y Eva Carmichael, de menos de 20 años. 54 personas murieron.

heraldsun.com.au

Tom estuvo horas a la deriva en las frías aguas, agarrándose de un bote salvavidas que estaba boca abajo, hasta que pudo ver una pequeña playa con escombros del barco. Nadó en busca de refugio.

Por su parte, la joven Eva no sabía nadar. Pasó cuatro horas aferrada a uno de los escombros del barco. La corriente la fue llevando hacia la playa donde estaba Tom y ella le gritó. Tom fue a rescatarla. Después de una hora luchando contra la marea pudo salvarla, que para ese tiempo estaba casi inconsciente.

Ella contó: “Me llevó a una cueva tenebrosa […] encontró una caja de brandy, rompió una botella e hizo que bebiera un poco. Eso me reanimó. Luego consiguió hierba y algunas ramitas para que me acostara. Después perdí el conocimiento y permanecí así varias horas”.

Luego, Tom subió por el acantilado, de 90 metros de altura. Fue en busca de ayuda. Al final ambos fueron atendidos por habitantes del lugar. Eva había perdido a sus seres queridos, sus dos padres y cinco hermanos.

Loch Ard Gorge

Su vida después del naufragio

Tom y Eva se hicieron famosos. Los periódicos comenzaron a hablar de ellos, decían que Tom era un héroe y que Eva era una mujer muy hermosa. Así que convirtieron la historia en un relato romántico, y entonces todo el mundo quería verlos casados.

Sin embargo, Eva y Tom decidieron tomar caminos separados (lo que decepcionó a quienes creían en la historia de amor). Venía de dos clases sociales diferentes: ella era hija de un médico, mientras que él era un humilde marinero. Según Eva, no tenían nada en común.

Y aunque Tom le pidió que se casara con él, Eva no aceptó. Tres meses después, ella regresó a Irlanda y se casó con un aristócrata, el capitán Thomas Achilles Townshendun. Por su parte, el joven Tom Pearce, continuó con su pasión por el mar. Al final se convirtió en un capitán de buques de vapor. Murió en 1909, a los 50 años de edad.

Por su valentía, Tom recibió 1.000 libras esterlinas del gobierno de Victoria, un reloj de oro, una cadena y un relicario, y la primera medalla de oro de la Royal Humane Society of Victoria.

Pero la historia no termina ahí.

Una revelación inesperada

En los archivos del periódico Melbourne Argus, hay un informe del sábado 16 de junio de 1934, titulado “Eva Carmichael y Tom Pearce: Por qué no se casaron”, de M. Moseley, cuenta lo que pasó después.

¿Por qué no te casaste con Tom Pearce?“, le preguntó el periodista Moseley a Eva Townshend, cierto día de 1925, poco después de la muerte de su esposo.

“Ella dijo: ‘Deben haber pasado casi 50 años desde que me preguntaron eso'”.

Luego prosiguió: ‘¿Por qué debería haberme casado con Tom Pearce?’ Él era un marinero, explicó que estaba comprometido en el momento del naufragio, pero se había ofrecido a romper su compromiso y casarse con ella.

“Sin embargo, como no tenían nada en común, pensó que estaría mal”.

Luego vino una sorprendente revelación.

Cuando vivía en la costa irlandesa, le dijo a Moseley, que constantemente los llamaban a su esposo y a ella, para ayudar a los sobrevivientes de los naufragios. Cierto día, les pidieron que ayudaran a un náufrago, según contó ella, este joven náufrago era nada más y nada menos que Tom Pearce.

Una investigación revela que después del desastre de Loch Ard, Tom Pearce estaba a bordo de un barco hermano, el Loch Sunart. El 11 de enero de 1879, naufragó en el arrecife Skulmartin, frente a Ballywalter, Condado de Down, Irlanda del Norte.

Eva y su esposo vivían en Irlanda en ese momento.

Eva estaba ayudando al joven que un año atrás le había salvado la vida. ¡Qué coincidencia!

Aunque esta historia suene interesante, no hay constancia de que Eva haya ayudado realmente a Tom Pearce. Hay cierta frustración en esta parte de la historia.

Aun cuando la gente de su época quería verlos juntos, eso nunca sucedió. Después de todo, las cosas en la vida real no siempre terminan en finales felices.

Quizá sólo somos víctimas del ‘efecto final feliz‘. Un término que utilizan los investigadores para tratar de entender el comportamiento humano sobre nuestras expectativas, que a veces nos llevan a desear cierto final en las historias, y en ocasiones, a tomar malas decisiones.

¿Qué te ha parecido esta curiosa historia?

Este artículo ha sido publicado en planetacurioso.com.