En 1868, Charles Darwin escribió en su libro (La variación de los animales y las plantas domesticadas): “Si los gatos blancos tienen los ojos azules, casi siempre son sordos”.
Charles Darwin tenía razón, ya que entre el 56% y el 90% de los gatos blancos con ojos azules son sordos de uno o ambos oídos.
La sordera está causada por la ausencia de una capa de células en el oído interno, y dichas células del oído se forman a partir de las mismas células madre que forman el Tapetum y los melanocitos que dan color al pelaje.
Si esas células no se forman, los melanoblastos no llegan al oído, al ojo, ni a la piel, o llegarán en cantidades insuficientes, por lo que las células pilosas no se desarrollarán como deberían y el animal quedará sordo. Además comolos melanocitos no se desarrollarán, el animal será blanco y tendrá una pigmentación más clara para los ojos.
Vía: jpascual.scienceblog
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