Todo comenzó cuando un hombre estuvo involucrado en un accidente de auto, y huyó de la escena. Entonces, dos policías fueron a la casa del presunto fugitivo y le dijeron a su compañera de vivienda que una mujer había resultado gravemente herida.
Sin embargo, nadie había resultado herido en el accidente en el que estuvieron implicados otros autos.
Cuando los oficiales de Seattle iban de camino a la casa del sospechoso, se les había dicho que buscaran a un fugitivo, pero que no había heridos, se trataba de una delito menor.
Pero uno de los oficiales ideó un “truco”, describiéndolo como algo “divertido”, para extraer información.
Cuando le dijeron a la compañera que al parecer la mujer no sobreviviría, ella fue “claramente afectada emocionalmente” tras la noticia. Así que les dio el número telefónico del hombre al que buscaban.
Según informes, el hombre estuvo muy preocupado en los siguientes días. Una semana después, su compañera, lo encontró muerto en su habitación.
La Oficina de Resposabilidad Policial del Departamente de Policía de Seattle cree que esta mentira contribuyó a su suicidio.
Andrew Myerberg, director civil de la OPA, descubrió que el oficial que le contó a la mujer la historia falsa había violado los estándares del departamento con respecto a la profesionalidad y discreción, concluyendo que su conducta “conmocionó la conciencia”.
El oficial que contó la mentira insistió en que no había hecho nada malo.
El policía sólo fue suspendido seis días.
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