Siempre hay más mujeres que aman a sus hijos y hacen hasta lo imposible para que ellos estén bien.
Hoy leemos la historia de una mujer que prefirió retrasar el tratamiento contra el cáncer por temor de dañar a quien sería su amada hija.
Cuando Nicola Cockx llegó a estar embarazada, pospuso su quimioterapia y un transplante de células madre para el binestar de su hija no nacida. Ella tenía mieloma múltiple, que es una forma de cáncer que comienza en las células plasmáticas en la médula ósea. Así que se concentró mejor en una dieta saludable.
Después del esperado nacimiento de su querida hija, la señora Cockx finalmente se sometió a un tratamiento intensivo. Pero ella murió de una infección cuando Harriet tení solo ocho meses.
La familia de la señora Cockx la describe como “hermosa, valiente y decidida”, y creen que si ella se hubiera sometido a la quimioterapia habría sobrevivido,… pero nunca habría tenido el hijo que tanto anhelaba.
Nicola había librado una batalla de tres años contra el cáncer en el momento en que quedó embarazada en 2011.
Aunque Nicola tenía la opción de someterse a este tratamiento, ella tenía la esperanza de preservar su fertilidad y cumplir su sueño de ser madre.
Su verdadera prioridad era conservar vivo a su hija. Simplemente estaba feliz de estar embarazada y no concebía en su mente nada que pudiera dañar a Harriet.
En el Reino Unido, informa Mail Online, que se diagnostican alrededor de 4.800 casos de mieloma múltiple cada año, lo que representa el 1 por ciento de todos los cánceres.
Según Cancer Research de Reino Unido, la quimioterapia se considera segura durante el embarazo, excepto durante las primeras 14 semanas o en las semanas previas al parto, pero se investiga el impacto a largo plazo del niño tras el nacimiento.
Otra historia que nos conmovió es esta: Una mujer que prefirió morir para salvar la vida de su bebé no nacido
¿Que te ha parecido?
